Ryouma Takebayashi muere mientras duerme a la edad de 39 años después de llevar una vida de infortunios. Compadeciéndose de él, tres deidades le ofrecen la oportunidad de reencarnarse en un mundo mágico donde solo tiene una misión: ser él mismo y disfrutar de la vida. Otorgan a Ryouma poderosas habilidades físicas, así como la afinidad para dominar todos los elementos, y prometen velar por él. Su nueva vida como un niño pequeño comienza oficialmente cuando es teletransportado a un bosque.