En el distrito comercial de Kyoto llamado Teramachi Sanjou, hay una tienda antigua llamada ‘Kura’. Por coincidencia, la estudiante Aoi Mashiro conoce el hijo del dueño de ura, Kiyotaka, y termina trabajando allí medio tiempo. Kiyotaka posee un instinto muy fino, tanto así, que los demás se refieren a él como Holmes. Juntos, Aoi y Kiyotaka toman pedidos especiales de antigüedades.