En el Japón apocalíptico de esta historia, solo queda polvo y óxido. La causa detrás de esta catástrofe se debe a esporas de los hongos, y conocemos a Bisco Akaboshi, un hombre que hace que los hongos crezcan en sus flechas, a donde quiera que vaya. Pero su verdadero papel es el de un protector del ambiente, ya que sus hongos restauran la tierra a su estado previo.